El hombre es lo primero, es bueno recordarlo. El hombre, a quien Dios ha confiado la buena gestión de la naturaleza, no puede ser dominado por la tecnología y convertirse en su súbdito.
La tecnología no suprime lo humano, la tecnología forma parte de la vida del hombre pero no lo es todo, ni siquiera lo más importante. Si bien el hombre necesita de la tecnología esta no se puede absolutizar y no basta para que el hombre se entienda y se valore, menos aún para darle sentido pleno a su existencia.
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